sábado, 28 de marzo de 2009

Historia

Un poco de la historia de nuestro colegio:

Los antiguos mayordomos de la escuela eran Don Guillermo Moglia y su esposa. Se cuenta que él siempre estaba vestido de punta en blanco. Vivían en la vieja casita de Jardines y reparaban todo aquello que se deteriora en la Integral, además de cuidar el establecimiento cuando no había niños.

La “Pancha” era una perrita mascota de la escuela que vivía aquí. La había traído María Luisa, una portera que tenía una presencia tan importante que los chicos la confundían con la directora. Pancha era bajita, negra, de mal humor y bastante fea, pero muy buena ratonera, atrapaba todo bichito que anduviera por la escuela.

Había también otras mascotas vivientes en nuestra Integral: Leopoldo, un hermoso conejo blanco, un guanaco, una burra llamada Candelaria, un carnero, el pato Lucas…

El pato Lucas y Leopoldo andaban sueltos por los salones y cuando tocaba la campana del recreo, ellos eran los primeros en salir. Pero la historia con Leopoldo tiene un detalle interesante por contar, al llegar las vacaciones de verano fue enviado a la casa de la familia Sendrón porque ellos también tenían conejos, y allí descubrieron, luego de 32 días, que era una tierna Leopoldita. Sí, tuvo crías, era una hembra. ¿Sorprendente no?

¿Qué hace un guanaco cuando se tiene que defender? Escupe. Eso hacia nuestro guanaco cuando los chicos lo molestaban

Un grupo de chicos, junto a su docente, habían desarrollado algo así como una “Sapería” en el fondo del patio. Se dedicaban a criar sapos y ranas, el lugar estaba tapado con un tul y todo iba bien hasta que un fin de semana llovió intensamente y el patio, como siempre, se inundó. Al llegar el lunes a la mañana, todo el patio parecía un jardín de sapos, ellos saltaban alegremente de charco en charco. No recordamos quién tuvo el trabajo de atraparlos.

Cuenta la seño Cecilia Quiroga que cuando ella estaba embarazada de Josefina, los chicos querían sentir y ver cómo se movía la bebé. Por eso la seño se había acostado en una mesita para que los chicos pudieran ver y tocar su panza, en ese momento pasó por el salón una portera llamada Elsa, que era muy sorda, y al ver a la seño recostada y todos los chicos a su alrededor, creyó que ella se sentía mal y que los alumnos la estaban molestando. Entró gritando con su escoba en la mano apara ahuyentarlos. Cecilia trataba de explicarle la situación, Elsa no la escuchaba

En el viejo comedor de la escuela se vendían los “sandwiches integrales”, deliciosos según cuentan todos, y también súper originales. En su interior tenían desde jamón y queso, milanesa, una mezcla parecida al pastel de carne o dulce de leche y más…Eran calentitos.

María Susana Peracca es la bibliotecaria de la escuela desde hace 38 años, ella nos contó que en sus comienzos la biblioteca estaba en la planta alta. En el espacio actual se dictaban los talleres de carpintería y de fotografía, ambos a cargo de un docente llamado Héctor Pozzo. El de carpintería tenía innumerables herramientas y el de fotografía estaba todo pintado de negro.


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